2/12/08

Poemas: Ráfagas del Establo de Elizabeth Schön





















Ráfagas del Establo

Elizabeth Schön


¿Qué cargan las hojas para dormir sobre las aguas?
¿Qué miran los bueyes si la sombra de la noche les cae?
¡Qué afán éste de arrancar y poseer
de dominar y separar!
Ponme junto al caracol
para oír los intrincados hornos de la profundidad


….


Traga
y como carece de lados para sostener
se lleva hasta las puertas que una vez se cerraron
dejando atrás la callada soga del hambre
¿Qué lo mantiene
la semilla
el amor
la pasión, la ira?
Mira lo lejano
la voz llega
sólo queda la inmediata e invisible presencia
de lo intacto, irremediable

….

No eliges
el abismo, el caos, la nada
Llegan a ti
en agua que corre lenta
para que no te asombre
la carencia de materia a tu alrededor
junto a la luz del alma llamando
el aleteo pasajero de la tierra que vives

…..

Si estallas como fogata
y tu piel salta en los mil trozos de la memoria
¿dónde quedas?
Al gajo lo sostiene el terruño
al astro el tiempo, el espacio
A ti ¿qué te espera?
¿los rasgos del silencio vital
al no saber hacia dónde dirigirte
ni conocer ese fin tuyo
diferente al de la planta, al del animal?
Y sigues entre un múltiple ámbito
de mil facetas inseparables
desde el instante en que brotaron
¿Hay más?
Si el oro vive el vacío
¿cómo viviría lo que en nosotros es
desde el instante en que el alma nos perteneció?

….

Cuán fresco el tiempo
si un rojo abismal nos sujetara
impidiendo el crecimiento de la desolación
y surgiera el mástil fragante del amor
de la justicia, la paz
para ser cada vez más recios

….

La mesa de alto y tope
con pretensiones de corte y capa
con señal de chimenea blanca, diciendo:
“Vengan todos a esa mesa”
linda de tarde, humor y costumbre
de la que nadie prescinde
porque es siempre para todos:
barca lisa, lirio terco
con el pan rodando fuera
muy fuera
por no haber ningún cubo
menos el cordón interminable, anhelado
¿Y entonces?
La mesa quedó
fue el río
el que saltó mordiendo púas y ladrillos
cayendo al mar como pluma
para la movilidad propia de las aguas
El árbol se vació en el río
El durazno quedó en la arena
La mesa estaba sola
la comida había sido retirada

…..


Si encuentras la luz entre tu piel
piensa que es aquella
guarecida dentro del alma
con su corona de fuego blanco
para el canto y el paso hacia el círculo


…..

No cesa de mirar las lejanías
por ser de allí de donde viene la sorpresa
de los asaltos y el botín
aun la del encuentro con lo otro
Misión que bien conoce
su luz nunca se apaga


……

Si no la escuchas
es porque vives en lo redondo del fruto
Si no la oyes
es indicio de que gozas en el dolor
y si no la sientes
indica que te conviertes en un poder
lentamente esfumándose
hasta quedar en la única ausencia verdadera:
la desaparición
Eso ¿es lo que calma?

……

¿Y el corazón?
Hace tiempo fue lanzado al vacío
En su lugar colocaron el cantar
de una luminosidad que no puede digerir
el abismo éste
Le arrancan al cuerpo cuanto lleva consigo
mas carece de la sombra necesaria
para que desaparezca ese esplendor
que no pertenece a astro alguno
y que el alma lleva sin jamás desprendérsele

…..


El sediento ¿es sabio?
Busca el agua:
cuerpo de lo anhelado

….

Llámala
De frente encontrarás
lo inesperado


….


Cuando la red
de transparencia campante, sonante
envuelve al hombre
es señal de encontrarse
en el blanco pozo de lo eterno
¿Fueron sus rastros de piel limpia
y exactos pasos
los que le hicieron ver
el suave azul-sombra-costa del alma?
Tu vacío, nada, abismo
¿vivos acaso
para la actuante consolidación
del vínculo eternal?



Lo hondo, indivisible
Luce dentro de nuestro vacío
En regadío central de los enlaces contrarios

….

El amor memoriza
el fardo lejano del pasado
El vacío es horizonte de silencio que sostiene
la forma total del árbol

…..


La vida va en la rosa
La muerte en hacer que la próxima rosa
aparezca y sea un rayo otro
para la espesura de la desaparición
La una apelmaza
la otra reemplaza, entrega
La vida tiene cuerpo de sol, sal
cuerpo de agua azul verde
cuerpo de sexo y rapidez
La muerte es un hombrillo
envuelto en el plumaje de lo oscuro
Ella nada posee
aguarda que la vida la escuche
Se abren entonces las redes de las puertas
para que se toque la arena honda, vislumbrada
desde el instante en que fueron vistos los asientos
para el alma en ti:
piedra blanca del amor




Selección de poemas por Milagro Haack.