
Del río hondo aquí
….
¡Ah del río completo
con Andrómeda entre sus proas
y Ulises entre sus anclas!
…
Sabemos hacia qué lugar marchamos
Mas, en el río
¿habrá sitio alguno para la elección?
Él es aquí, acá, allá
en toda profundidad
de cualquier veloz río otro
en este del río hondo, siempre
Únicamente él, dejando ser
….
Las aguas que bajan
¿son las mismas que ascienden?
Es el río...
….
Es cuando se llenan las cumbres
se ruborizan los antojos
hasta festejar la entrada de los frutos
junto al abrazo de la noche
y su nupcial cántico de acuerdos
….
por el río nos hablamos
a través del tejido de atardeceres
sembramos la casa
y cultivamos el lirio
de los cuatros mares a fondo con el río ahí
….
De lo igual lo mismo
de los mismos el aparecer de un vuelo
donde lo ínsito, puro del río
entrega la libertad
….
Por el brillo de la corriente
conocemos lo anunciado en la palabra
y el pálpito que crece
…..
La herida
La sangre
La alegría azul de las márgenes
y comienza otra tierra
a llenarse de barcos, escaleras
y botas para escalar la cumbre
o ese árbol que de tantos frutos
se va inclinando hasta rozar las aguas
….
Llegar junto a la hoja
sentir su raíz
y escucharla igual que al cielo
o al hombre en la oscuridad del día
Un árbol es árbol
si las aguas de la corriente
son el vendaval
desde donde miramos al niño
a la ciudad
aun al espejo de una mujer cazando al sol
….
La piel pierde su caudalosa seducción
la liebre abandona su coraza
y en el fondo del río se disuelven
haciéndose corriente del río hondo, aquí
tuyo, del otro
….
Entonces
lo que fue
se hace piel de claridad inmemorial
El río calla
ni disminuye ni voltea hacia atrás
Es una cima sin término, raíces
un árbol que nunca deja de crecer
¿Y su silencio?
Ah! la soledad sabe que el silencio enlaza, une
la permanencia con el árbol del hombre río
ciudad, Ser
….
No se opone lo pasajero
a lo permanente, a lo intemporal
Lo permanente, lo intemporal
no son sin lo fugaz del día
o los mil años luz:
amalgama de un aire
donde la palabra va sobre una gran llanura
de enrosquetada multitud
…..
La palabra se escucha
entra, se queda, se va
¿Acantilado de vida, existencia, muerte?
Mas cuán hermosa y tibia la piel, la soledad
ligadas al fulgor abierto de la intemporalidad
….
Entre la banda de los aires
y el suspenso de las distancias
la abeja empuja su color
Salpican los vientos
El enjambre de las alas zumba
y crece la almena
donde se une el tejido
a unas pupilas que descubren el ruido de la miel
entre los horarios creíbles
de la gozosa atenuante temporalidad
….
La mirada sabe más de límites
bordes, días
que de la sumergida larva de la inmensidad
¿Y lo inefable?
Tendido, ínsito, inviolable
y más si el río está
en el pecho del alba
y late
igual al casquillo
bajo los pies del caballo
….
A través del fruto llegamos a la tierra
a través de la tierra
entramos en la imagen evanescente del río
y nunca podrá alejarse
lo inefable de un día
yéndose hacia las cumbres crédulas de las aguas
….
La hoja hundida en la acera
es siembra directa hacia lo que estamos transitando
…
La muerte:
piedra que al traspasarnos se lleva consigo
las inseparables aguas del río que somos
…
Y
siempre el río
siempre el amor del agua
siempre la corriente
El tiempo es un hilo
que nunca deja de tejer
el hilo comenzado
el hilo andante
el hilo huido
el hilo de la inmensidad
Así el río en la casa de la palabra
….
Si nos tocamos la frente
¿qué árbol apunta
en el vaciado interno del pensamiento?
Y si nos palpamos las mejillas
¿qué río rozamos
que no sea aquel
donde los opuestos no existen?
…..
El río hondo aquí
al dejar enhebrar a las aguas
los linderos
las certezas
aun los asaltos y los grises cambios
¿se asemeja acaso
al viaje de Ulises al anclar
y alcanzar los hilos indetenibles
tejidos por Penélope?
….
….
¡Ah del río completo
con Andrómeda entre sus proas
y Ulises entre sus anclas!
…
Sabemos hacia qué lugar marchamos
Mas, en el río
¿habrá sitio alguno para la elección?
Él es aquí, acá, allá
en toda profundidad
de cualquier veloz río otro
en este del río hondo, siempre
Únicamente él, dejando ser
….
Las aguas que bajan
¿son las mismas que ascienden?
Es el río...
….
Es cuando se llenan las cumbres
se ruborizan los antojos
hasta festejar la entrada de los frutos
junto al abrazo de la noche
y su nupcial cántico de acuerdos
….
por el río nos hablamos
a través del tejido de atardeceres
sembramos la casa
y cultivamos el lirio
de los cuatros mares a fondo con el río ahí
….
De lo igual lo mismo
de los mismos el aparecer de un vuelo
donde lo ínsito, puro del río
entrega la libertad
….
Por el brillo de la corriente
conocemos lo anunciado en la palabra
y el pálpito que crece
…..
La herida
La sangre
La alegría azul de las márgenes
y comienza otra tierra
a llenarse de barcos, escaleras
y botas para escalar la cumbre
o ese árbol que de tantos frutos
se va inclinando hasta rozar las aguas
….
Llegar junto a la hoja
sentir su raíz
y escucharla igual que al cielo
o al hombre en la oscuridad del día
Un árbol es árbol
si las aguas de la corriente
son el vendaval
desde donde miramos al niño
a la ciudad
aun al espejo de una mujer cazando al sol
….
La piel pierde su caudalosa seducción
la liebre abandona su coraza
y en el fondo del río se disuelven
haciéndose corriente del río hondo, aquí
tuyo, del otro
….
Entonces
lo que fue
se hace piel de claridad inmemorial
El río calla
ni disminuye ni voltea hacia atrás
Es una cima sin término, raíces
un árbol que nunca deja de crecer
¿Y su silencio?
Ah! la soledad sabe que el silencio enlaza, une
la permanencia con el árbol del hombre río
ciudad, Ser
….
No se opone lo pasajero
a lo permanente, a lo intemporal
Lo permanente, lo intemporal
no son sin lo fugaz del día
o los mil años luz:
amalgama de un aire
donde la palabra va sobre una gran llanura
de enrosquetada multitud
…..
La palabra se escucha
entra, se queda, se va
¿Acantilado de vida, existencia, muerte?
Mas cuán hermosa y tibia la piel, la soledad
ligadas al fulgor abierto de la intemporalidad
….
Entre la banda de los aires
y el suspenso de las distancias
la abeja empuja su color
Salpican los vientos
El enjambre de las alas zumba
y crece la almena
donde se une el tejido
a unas pupilas que descubren el ruido de la miel
entre los horarios creíbles
de la gozosa atenuante temporalidad
….
La mirada sabe más de límites
bordes, días
que de la sumergida larva de la inmensidad
¿Y lo inefable?
Tendido, ínsito, inviolable
y más si el río está
en el pecho del alba
y late
igual al casquillo
bajo los pies del caballo
….
A través del fruto llegamos a la tierra
a través de la tierra
entramos en la imagen evanescente del río
y nunca podrá alejarse
lo inefable de un día
yéndose hacia las cumbres crédulas de las aguas
….
La hoja hundida en la acera
es siembra directa hacia lo que estamos transitando
…
La muerte:
piedra que al traspasarnos se lleva consigo
las inseparables aguas del río que somos
…
Y
siempre el río
siempre el amor del agua
siempre la corriente
El tiempo es un hilo
que nunca deja de tejer
el hilo comenzado
el hilo andante
el hilo huido
el hilo de la inmensidad
Así el río en la casa de la palabra
….
Si nos tocamos la frente
¿qué árbol apunta
en el vaciado interno del pensamiento?
Y si nos palpamos las mejillas
¿qué río rozamos
que no sea aquel
donde los opuestos no existen?
…..
El río hondo aquí
al dejar enhebrar a las aguas
los linderos
las certezas
aun los asaltos y los grises cambios
¿se asemeja acaso
al viaje de Ulises al anclar
y alcanzar los hilos indetenibles
tejidos por Penélope?
….
Selección de textos por Milagro Haack